En Piedra Blanca, 4 Km. al Norte de Villa de Merlo, sobrevive
un Algarrobo Blanco (Prosopis Alba) que tendría más de 800 años, según estudios
dendrocronológicos.
Antes era conocido como el "Algarrobo de los Agüero" por pertenecer a esta familia que se radicó allí hace más de 200 años.
Luego que uno de sus descendientes, Antonio Esteban Agüero,
le dedicara su poema "Cantata del Abuelo Algarrobo", la costumbre
popular comenzó a llamarlo con este nombre.
Padre y Señor del bosque.
Abuelo de barbas vegetales.
Algarrobo natal. Torre del cielo.
Monumento y estatua del follaje.
Hijo del Sol y de la Tierra unidos.
Árbol de luz. Espejo de los siglos.
Dios vegetal de corazón fragante.
Así yo quiero terminar la Oda,
asistido por Ángeles del Canto:
Algarrobo natal, Abuelo nuestro,
¡Catedral de los pájaros!
Su último dueño, antes de ser expropiado como bien público,
fue el artista y filósofo, Orlando Agüero Adaro, sobrino del poeta y residente
en el lugar.
Este hermoso ejemplar de Algarrobo Blanco, es uno de los
últimos sobrevivientes de los vastos bosques de algarrobo que poblaron la zona del Conlara hasta la llegada del Ferrocarril, a comienzos del
Siglo XX.
Las hormigas que lo recorren, lo mismo que los jazmines del
aire que amenazan seriamente su futuro son, con los pájaros que lo pueblan día
a día, los únicos personajes que se atreven a recorrerlo, o a instalarse en sus
ramas, sin ningún respeto por su antigüedad.
Es un testigo insospechado de quien sabe qué cantidad infinita de sucesos y hasta existe un mapa o itinerario -según afirmaba el poeta Agüero- donde se señalaba al Algarrobo como un hito de referencia ubicándoselo en el centro mismo de lo que podría llamarse Valle del Conlara o La Capital de Yungulo, legendario cacique, jefe de los Comechingones, en la primera mitad del Siglo XVI.
Leila Mendoza
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