Juan Pascual Pringles, nació
en el año 1795, presumiblemente el día 17 de mayo, aunque algunos historiadores
dicen que fue en la misma ciudad de San Luis, fecha que se celebra en ésa
provincia como la de su natalicio, la tradición afirma que fue en Paraje Los
Tapiales donde nació el héroe puntano y donde existe un monumento recordatorio.
Hijo de don Gabriel Pringles (natural de Mendoza) y de doña Andrea Tomasa de
Sosa (natural de San Luis) y hermano de María Isabel, Margarita (cuya belleza
fue inmortalizada por la leyenda y algunos autores afirman que "encendió
la pasión de Monteagudo"), José León, Melchora y Ursula. Se conoce poco
sobre la niñez de Pringles, probablemente concurrió a la escuela dominicana o
bien a un maestro particular donde aprendió las primeras letras. Entre 1811 y
1814 trabajó en una tienda en Mendoza. Inició su carrera militar el 10 de
octubre de 1815 cuando se incorporó con el grado de Alférez al Regimiento de
Caballería que comandaba el Teniente Gobernador de San Luis el Coronel Vicente
Dupuy. En 1819 participó impidiendo la sublevación de los prisioneros realistas
y el 8 de noviembre del mismo año fue dado de alta con el mismo grado en el
Regimiento de Granaderos a Caballo del Gral. José de San Martín en un
campamento de reclutamiento llamado Chacra de Osorio, destinado a preparar el
glorioso ejército que contribuyó a libertar al Perú. Casado con Valeriana
Villegas, su única hija, Fermina Nicasia, nació también en 1819, y sobre la
misma no se conocen mayores referencias.- El 20 de agosto de 1820 partió con la
Expedición Libertadora al Perú, y el 27 de noviembre del mismo año asombró con
una acción increíble a sus compañeros y adversarios arrojándose al mar en
Chancay (Perú), en la llamada Playa de Pescadores, para evitar caer prisionero
de los realistas y con él nuestra bandera.-
CRÓNICA DE CHANCAY
A fines de noviembre el
Regimiento de Granaderos al mando del Coronel Rudecindo Alvarado inicia la
marcha hacia el Sur. Una partida de 17 granaderos al mando del Teniente don
Juan Pascual Pringles se adelantada hacia Chancay a efectos de tomar contacto
con el Batallón realista Numancia, del cual se había recibido informes que se
pasaría a las filas patriotas en razón de estar integrado desde su jefe hasta
el último soldado por americanos. La misión de Pringles era acompañar a un
emisario del Gral. San Martín que debía entrevistarse con el comandante Tomás
Heres, jefe del Batallón. Al llegar a la Caleta de Pescadores cerca de Chancay,
ordenó echar pie a tierra, para esperar el emisario, que había concurrido a
cumplir su cometido, cuando sobre una lomada aparecieron dos escuadrones de
Dragones del Perú, el batallón Numancia y dos piezas de artillería al mando del
Coronel D. Gerónimo Valdez. Se adelantaron los jinetes realistas y, cuando
estuvieron a una distancia prudencial, intimaron rendición a los granaderos.-
La respuesta fue inmediata, el teniente Pringles ordenó formar a su pelotón en
una fila detrás de él y al toque de "a degüello", cargó contra el
centro de los escuadrones del rey.- Fácil es imaginar lo que fue aquella
acción, el sable y la lanza herían sin piedad y al fogoso valor de los
patriotas lo apagó la abrumadora superioridad numérica de los adversarios.- Ya
habían caído tres granaderos para no levantarse más y otros once estaban
heridos, entre ellos el propio Pringles.- Fatigado por el fragor del combate,
con el resto de su energía, decidió, antes que rendirse, sumergirse en el mar y
a media rienda, seguido de los hombres que le quedaban, se echó al agua
decidido al último sacrificio dejando atónitos a los soldados españoles que
cubiertos aún por el polvo y la sangre del combate, quedaron inmóviles al borde
del océano Pacífico, en mudo homenaje al vencido heroico. La providencia los
salvó, y emocionado el coronel Valdez por el heroísmo de éste patriota le envió
un oficial para garantizarle su vida y la de sus hombres. Solo así se decidió
Pringles a entregarse a los españoles. Poco tiempo después, los que fueran tan
honrosamente derrotados fueron canjeados por algunos prisioneros españoles y el
jefe de las fuerzas de S.M. le escribió a San Martín destacando el desempeño de
esos valientes. Se cuenta que cuando Pringles y sus granaderos estaban
prisioneros un oficial español deseoso de saber las razones que tenían esos
criollos sencillos para despreciar la vida en esa forma, le preguntó a uno de
ellos porque no se habían rendido cuando fueron invitados a ello, antes de
pelear inútilmente contra las formidables fuerzas que los rodeaban, el
granadero sencillamente respondió: ¡ Señor, porque al venir a éste país vinimos
a pelear y no a rendirnos!... Mas tarde mandaron acuñar cinco medallas que
enviaron a Pringles con la inscripción: "La patria a los vencidos,
vencedores de Pescadores". El Gran Capitán de los Andes premia su valor y
el de sus compañeros con un escudo blanco y celeste que lleva la inscripción
"Gloria a los vencidos de Chancay". El general Lucio Mansilla, en
emotivas palabras, capta aquel tremendo momento en que el joven Teniente no
vacila en dar su vida ante la vergüenza de entregarse detenido. "No les importa
a Pringles ni a sus fieles compañeros la derrota sufrida; tienen la conciencia
de que han combatido con una osadía homérica".
DESPUÉS DE CHANCAY
En 1821, Pringles integró la
segunda campaña de la Sierra, entrando en Lima el 9 de julio participando de la
batalla de Pasco recibiendo la Orden del Sol en grado de Benemérito. En
setiembre de 1822 ascendió a capitán e integró la expedición llamada de los
Puertos Intermedios, marchando en diciembre con Alvarado hacia Tacna. En 1823
soportó las derrotas de Torata y Moquegua. El 6 de agosto de 1824 vio la
victoria en Junín, ayudando a salvar la vida de Necochea. El 8 de diciembre
triunfó a las órdenes del Gral. Antonio José de Sucre en Ayacucho, último gran
combate de la campaña libertadora continental. Conquistó la Medalla de Oro
"Yo fui del Ejército Libertador"; y por la victoria de Ayacucho,
Medalla de Oro y el Título de "Benemérito en Grado Eminente". En 1826
fue ascendido por Bolívar a Teniente Coronel para luego regresar a su país.Tiempo
después fue nombrado por Rivadavia como segundo jefe del nuevo Regimiento Nº 17
integrado por las milicias de San Miguel del Monte. Con este grupo combatió en
la guerra con Brasil, interviniendo en las acciones del arroyo Taim y laguna
Merim. En 1829 regresó a Buenos Aires para unirse luego a las fuerzas del
General José María Paz que marchó a Córdoba combatiendo en San Roque (22 de
abril de 1829) y La Tablada (22 y 23 de junio de 1829). El 22 de junio de éste
año había sido ascendido al grado de Coronel.Tuvo un fugaz paso como gobernador
de San Luis y el 25 de febrero de 1830 participó en la batalla de Oncativo. De
vuelta a la provincia se ocupó de preparar un contingente armado que denominó
"Escuadrón de Lanceros de San Luis" que marchó a Córdoba en febrero
de 1831. Tras ayudar al coronel Echeverría, defendiendo la Villa del Río Cuarto
sitiada por las fuerzas del Gral. Facundo Quiroga. Emprendió derrotado su
regreso a San Luis luego de combatir en el Morro el 6 de marzo de 1831.
Alcanzado por la vanguardia federal murió en el lugar denominado El Chañaral de
las Animas, cerca del Río Quinto, y a pocos kilómetros de la ciudad de San Luis
el 19 de marzo de 1831, alrededor de las 5 de la tarde. Sus restos descansan en
la Iglesia Catedral de su ciudad natal, declarada Lugar Histórico Nacional y la
cripta del Coronel Pringles, Sepulcro Histórico Nacional.
Sebastian Palencia ( sebastianpalencia09@gmail.com)
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